Una ampolla es una afección o problema cutáneo que médicamente es también conocido con el nombre de vesícula. Consiste básicamente en una porción elevada de la piel, la cual se encuentra llena de líquido. Es bastante probable que ya estés familiarizada con este tipo de problemas, especialmente si en alguna ocasión has utilizado zapatos apretados -y mal ajustados- durante demasiado tiempo. Por tanto, ¿qué podemos hacer para prevenirlas?.
Lo cierto es que llevar zapatos ajustados, y hacerlo además durante mucho tiempo a lo largo del día, es una causa común de formación de ampollas, ya que la fricción entre la piel y el zapato produce vesículas, al causar capas de piel que se separan y se llenan de líquido. Pero no es la única causa de aparición de ampollas en la piel.
Las ampollas son a menudo molestas, dolorosas y verdaderamente incómodas. Por suerte, en la mayoría de las ocasiones no son un problema grave -salvo por los síntomas molestos que causa-, y pueden curarse fácilmente sin intervención médica, solo se requiere de cierta paciencia, ya que tenderá a curarse poco a poco con el paso de los días.
Pero si surgen ampollas sin una causa aparente lo mejor es consultar al médico, con el fin de obtener un diagnóstico adecuado.
Existen algunas condiciones médicas que pueden influir en la aparición de ampollas. Un buen ejemplo es el herpes labial, que se caracteriza por la aparición de una ampolla de color roja, dolorosa y llena de líquido, que aparece cerca de los labios o en la boca. Está causada por el virus del herpes simple, y cuando se presenta a modo de brotes puede ser muy contagioso.
El herpes genital también puede causar la aparición de ampollas. Está causada por el virus del herpes simple 2 (HSV-2), aunque también puede ser causado por el virus que origina el herpes labial. Es considerada como una enfermedad de transmisión sexual, y causa úlceras herpéticas que se caracterizan por ser ampollas dolorosas, que pueden romperse y exudar el líquido que contiene.
El impétigo también puede ser una causa habitual de aparición de ampollas. Surge una erupción irritante y ampollas llenas de líquido, las cuales se desprenden y forman una especie de corteza en su parte superior. Es más común en bebés y en los niños.
Las quemaduras, en especial las quemaduras solares, suelen ser una causa habitual para la aparición de ampollas, sobre todo durante los meses de verano y/o cuando se toma el sol y no se utiliza la debida protección solar.
¿Cómo prevenir la formación de ampollas en la piel?
Las conocidas como ampollas de fricción son las que más fácilmente se pueden prevenir. Y, de hecho, se caracterizan por ser las ampollas más comunes, siendo sencillo llevar a cabo una serie de medidas preventivas que podríamos considerar como básicas.
1. Utiliza zapatos cómodos
El uso de zapatos cómodos es fundamental, incluso aunque solo vayamos a caminar o estar fuera de casa durante unas pocas horas. Bastan unos minutos de fricción para que la ampolla comience a formarse (algo que posiblemente ya hayas descubierto en algún momento anterior).
Además, no solo es necesario que el zapato sea lo más cómodo posible, sino que se encuentre bien ajustado, lo que evitará que se produzca la fricción típica entre la piel y el mismo que causa la aparición de las incómodas ampollas.
2. Utiliza calcetines gruesos
Tanto si eres propensa a la hora de sufrir ampollas, como si vas a estar durante largo tiempo caminando, no solo es necesario el uso de zapatos cómodos y bien ajustados. También es importante utilizar calcetines con amortiguación gruesa. Esto ayudará de forma realmente positiva a la hora de reducir la fricción.
Es habitual que las ampollas en los pies y talones aparezcan sobre todo durante los meses de verano, ya que suele ser una época en la que no es tan común el uso de calcetines, y sí ponernos el calzado con los pies al aire libre (incluso aunque nos pongamos unas playeras o cualquier otro zapato cerrado).
3. Utiliza un vendaje si…
También es posible que, mientras caminamos, sintamos cómo una ampolla está empezando a formarse. Si es así, lo más recomendable es detenerte, sentarte en un lugar cómodo, descalzarte y proteger el área de la piel afectada.
Una opción útil es la de utilizar un vendaje, lo que ayudará de manera muy positiva a la hora de evitar una mayor fricción en la piel.