Los masajes no son solo para el cuerpo sino que nuestro rostro también agradece, y mucho, que le demos de vez en cuando un buen masajito. Pero, ¿cómo es eso? Posiblemente te lo estés preguntando, en qué consiste eso del masaje para el rostro, qué beneficios te aporta y cómo se hace. Pues para eso estamos nosotros, para explicarte Cómo aplicar un masaje facial paso a paso y todo lo que necesitas saber al respecto.
¿Tu cuerpo se cansa después de un duro día de trabajo, verdad? O del estrés del día a día. Tu cuerpo está constituido por músculos que al entrar en acción se van tensando y se agotan. Digamos que los músculos de tu cuerpo trabajan todo el tiempo para que tú puedas tener movimiento, e incluso cuando no eres consciente de esto, tus músculos se contraen y se expanden en función incluso de tu estado emocional. Pues bien, debes saber que estos músculos se encuentran no solo en tu cuerpo, sino también en el rostro hay músculos. Los gestos que hacemos con nuestra cara, ya sea voluntaria o involuntariamente, tienen lugar gracias a estos músculos. Y como estarás imaginando ahora mismo, si tus piernas, brazos, espalda y todo tu cuerpo se cansan y necesitan descansar, también el rostro tiene esta necesidad.
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Los masajes ayudan a relajar y, con esta relajación, nos sentimos mejor y nuestros músculos quedan más a punto para volver a la carga. De la misma manera, los músculos faciales agradecerán que les des un masaje de vez en cuando. Tú te sentirás mejor, porque cualquier tipo de masaje nos deja como resultado final un estado de bienestar y relajación. Y, además, el masaje facial previene el envejecimiento. Si a esto le sumamos que al masajear activamos la circulación sanguínea, obtenemos que incluso nuestra piel se verá más saludable y más bonita, con mejor color y juvenil, porque se estimula la renovación celular.
Dicho todo esto, ¿verdad que empieza a parecerte muy interesante esto del masaje facial? Pues vamos a explicarte cómo aplicar el masaje facial paso a paso, para que tú misma puedes hacerlo en tu propia casa. Verás que es muy fácil y muy reconfortante. Cuando lo pruebes, te sorprenderán los resultados y terminarás convirtiendo en rutina, ya lo verás.
Paso 1. Usa una crema o aceite
Antes que nada, no hagas el masaje en seco. Las manos se deslizan con más suavidad y el masaje es más placentero cuando aplicamos una crema, o un aceite, o alguna sustancia que lubrique la piel. Puede ser una crema hidratante, o una mascarilla exfoliante, según el efecto y tratamiento que necesites realizar para tu rostro. Es decir, si tu piel necesita una limpieza, puedes aprovechar el momento de aplicar tu exfoliante para dar el masaje facial. O si ya hiciste previamente tu exfoliación, pues simplemente aplica tu crema hidratante, la que sea que corresponda a tu tipo de piel, lo cual también es fundamental para cuidar correctamente de la misma. Como sabrás, no nos vale aplicar cualquier producto, pues nuestra piel es delicada y cada piel tiene sus necesidades específicas.
Paso 2. Lo primero, limpia bien tu cara
Ya tenemos a mano la crema que usaremos para nuestro masaje facial. Bien, el masaje debe realizarse sobre la piel limpia, de modo que antes de proceder al mismo, lava tu rostro. Una vez más, insistimos en lo importante que es usar también aquí un producto de limpieza acorde a tu tipo de piel.
Paso 3. Aplica tu crema hidratante
Al masajear tu piel mientras usas la hidratante estarás consiguiendo un doble efecto. Por un lado, consigues activar la circulación sanguínea y que los beneficios para la piel sean multiplicados, pero también hace que la piel absorba mejor el producto. Si además, previamente hiciste una exfoliación (aunque más adelante veremos cómo aplicar el masaje durante la exfoliación), los efectos del tratamiento serán todavía mejores.
Te enseñamos cómo preparar cremas faciales para exfoliar tu rostro:
Paso 4. Masajea
Y ahora sí, ya nos metemos en faena del masaje facial propiamente dicho. Para ello, empezando por el cuello y terminando en la zona de la barbilla, ve pellizcando suavemente la piel, al tiempo que vas realizando movimientos circulares. En especial, insiste con estos movimientos en círculos en la zona de las mejillas, de la nariz y de la frente.
Paso 5. Seguimos masajeando, fase 2
Tras esta primera fase de masaje facial que acabamos de realizar, ahora vamos a proceder a otra clase de movimiento. Se trata de colocar las dos manos sobre el rostro e ir moviéndolas desde el interior y hacia el exterior. Tanto una como otra fase del masaje las realizaremos durante varios minutos. No se trata de frotar a lo bestia porque podrías hacerte daño y dañar la piel, e incluso el músculo si se hace muy muy fuerte, sino de mover con suavidad tus manos.
Paso 6. Atención a labios y ojos
La zona de los labios y de los ojos son especialmente delicadas. Por ello aquí hay que extremar las precauciones. El masaje facial en estas zonas consiste en pellizcar con mucha suavidad las áreas. Se hace con los dedos pulgar e índice.
Paso 7. Cuidado con las uñas
Aunque sobra decirlo, más vale insistir. A la hora de dar el masaje facial, así como al momento de tocar nuestro rostro, siempre debemos tener las manos muy limpias. De lo contrario, terminaremos contaminando nuestra piel y haciendo que esta se llene de grasas e impurezas que dan lugar a la piel grasa y a la aparición de granitos. También es importante tener mucho cuidado con las uñas y no arañar la piel, ni causarle heridas durante el masaje, sobre todo cuando estamos tocando en la zona de los ojos y alrededores, porque esta piel es sumamente fina y se puede dañar con nada.
Paso 8. Tratamiento completo con mascarillas nutritivas y sérum
Como dijimos antes, si quieres exfoliar tu rostro de paso que te das el masaje, tan solo aplica tu producto exfoliante pero, a continuación, con el masaje, aplica un sérum o crema nutritiva con ingredientes naturales. Posteriormente aplica una mascarilla con efecto reafirmante. Y finalmente, culmina tu momento de belleza con un sérum tonificante. Tu piel quedará como nueva.
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