Cuando se trata de alisar el cabello, es habitual que surjan muchas preguntas relacionadas no solo con las posibilidades de conseguir siempre el mejor resultado, si no, especialmente, aquellos aspectos relacionados directamente con la seguridad y protección de la salud del pelo. En este sentido, siempre ha existido un largo debate en torno a si es posible alisar el cabello cuando aún está mojado, o si lo más adecuado es hacerlo cuando ya se encuentre perfectamente seco. La cuestión es, ¿qué es lo más recomendable?.
Imagínate la rutina propia del día a día: tienes prisa. Acabas de ducharte, de lavarte el pelo, y no tienes tiempo de esperar a que se seque para poder alisártelo y peinártelo con la plancha. Y posiblemente no se trate de algo puntual. De hecho, se trata posiblemente de algo a lo que acostumbran hacer miles de mujeres cada día.
Pero antes de descubrir si es o no adecuado hacerlo con el pelo mojado, debemos comprender cómo funciona la plancha del pelo.
Cada vez que lo pasas por el cabello, el pelo se estira a la vez que aplicamos calor. Y, este calor, es el principal “culpable” de que la forma natural del cabello acabe por deformarse, y los enlaces que en un principio presentan una forma espirar, acaben lisos. Mientras que, al estirarlos, acabamos por forzar dicha forma, para que quede perfectamente fijada por completo.
Aunque puedes pensar que no existen riesgos si te alisas el cabello con el pelo aún húmedo, lo cierto es que no es muy recomendable. ¿Por qué? Fundamentalmente por algo muy sencillo: la humedad causa vapor, y al cubrirlo con la plancha el vapor no puede desprenderse adecuadamente. Como resultado, se forma una especie de “cocción” nada recomendable para la salud del cabello.
Dicho de otra forma: el calor de la plancha del pelo hace que el cabello hierva, lo que causa a su vez que la cutícula se abra. Debido a ello, el pelo se torna poco sedoso y quebradizo.
Además, es común que al alisarte el pelo aún húmedo sea necesario repasarte el cabello más veces, ya que te costará conseguir la forma deseada. En definitiva, no solo tenderás a tardar más tiempo, sino que el pelo sufrirá mucho más al insistir sobre él cada vez que te aplicas calor. Digamos que es como la pescadilla que se muerde la cola: la humedad causará que el pelo tarde más tiempo en alisarle, por lo que aplicarás más calor al tener que utilizar la plancha más tiempo.
¿Y cuál es el resultado? Evidentemente, los efectos no son muy positivos, ya que aunque finalmente consigas el efecto alisado tan deseado, tu cabello habrá acabado por resentirse, de manera que es habitual que se vuelva reseco, quebradizo y sin brillo. Además, no debemos olvidarnos de algo fundamental: el cabello húmedo es muchísimo más frágil. Por tanto, el pelo acaba por deteriorarse más fácilmente, siendo necesario aplicar tratamientos hidratantes diariamente con el fin de recuperar la salud natural del cabello.
Por tanto, la realidad es que, en la mayoría de los casos, lo mejor es alisar el cabello cuando está seco. A no ser que, claro está, dispongas de una plancha que permita alisar el pelo cuando aún está húmedo. Este tipo de planchas especiales suelen disponer de unas especies de agujeros de ventilación, que brindan la posibilidad de que el vapor salga mejor cuando el calor es aplicado sobre el pelo mojado.
No obstante, incluso aún cuando lo hagas en seco, lo más recomendable es utilizar un acondicionador después de haberte aplicado un champú. Y usar un peine con dientes anchos con el fin de desenredarlo cuando lo estés alisando; de esta manera evitarás hacerse aún más daño.