

Siempre que salimos de casa no podemos evitar maquillar nuestro rostro, ya sea para ir al trabajo, a la academia, a dar un paseo por el parque o incluso a ir a comprar comida.
Hoy en día hay cientos de productos de maquillaje, cada uno con su especialidad y sus características, no es algo nuevo ya que hace cientos de años ya se usaban sustancias para decorar la piel del rostro pero es cierto que cada vez hay más variedad.
De hecho, hoy en día ya podemos usar maquillajes resistentes al agua por lo que podemos ir a ciertos lugares, como por ejemplo la playa o la piscina sin necesidad de parecer un oso panda, pero claro esto supone un proceso mucho más complejo a la hora de retirar el maquillaje.
Por esto mismo también podemos encontrar cientos de desmaquillantes, entre ellos la esponja, a la que le vamos a dedicar este artículo. ¡Así que si queréis conocer todo acerca de este producto no os lo podéis perder!
También hay otros como las famosas toallitas desmaquillantes, si os interesa saber cosas sobre ellas, os dejo por aquí un artículo donde encontraréis las mejores del mercado: Mejores toallitas desmaquillantes.
¿Qué es una esponja desmaquillante?
Una esponja desmaquillante tiene la función de desmaquillar la piel, se trata de un producto formado por numerosas fibras que al entrar en contacto con la piel atrapan y arrastran todo el maquillaje y la suciedad que se ha ido acumulando en ella a lo largo del día.
Tipos de esponjas podemos encontrar muchos pero las mejores sin duda son aquellas que están fabricadas con fibras de origen natural, ya que son mucho más suaves al tacto con la piel y por lo tanto respetan mucho más la salud de esta.
Estas esponjas ya no tienen tanto auge como el que tenían hace unos años, debido a la nueva existencia de otros productos, pero realmente no han desaparecido nunca, y además hay muchas personas fieles a ellas, por el simple hecho de realizar una función parecida a los discos de algodón (pero un poco más profunda, gracias a las fibras que arrastran todo) con la gran diferencia de que no son de un solo uso, si no que podemos lavarla y usarla varias veces más.
También hay personas que no solo la usan para retirar el maquillaje si no que también son geniales para cuando queremos hacer una limpieza de nuestro rostro.
¿Sirven para todos los tipos de pieles?
Esto es una pregunta muy habitual, ya que muchas personas cuando quieren añadir las esponjas desmaquillantes a su vida, se preguntan si serán aptas para su piel o si por el contrario les pueden llegar a hacer daño.
La realidad es que las esponjas son aptas para todos los tipos de pieles, ya que al tener unas fibras muy suaves (sobre todo, las naturales), no hacen daño en la dermis, al igual que pasa con un disco de algodón.
Por lo tanto esto no debe ser un problema, lo que si es cierto que debemos fijarnos muy bien que el producto que vayamos a usar junto a nuestra esponja desmaquillante sea el adecuado para nuestra piel, si lo es, el proceso será maravilloso.
¿Cómo usar una esponja desmaquillante correctamente?
Cuando nos maquillamos debemos ser conscientes de que luego tenemos que desmaquillar el rostro, a pesar de que a veces estamos cansados o simplemente no tengamos tiempo, ¿cuántas veces hemos llegado a casa pensando en que nos tenemos que desmaquillar antes de irnos a dormir, pero cuando llega el momento el cansancio puede con nosotros y pensamos «bueno por un día no va a pasar nada» y nos vamos a la cama con todo el maquillaje en la piel.
Con el tiempo, nuestra piel se irá deteriorando y apareciendo en ella signos de una vejez prematura, ya que si no cuidamos nuestra dermis ésta cada vez adopta un estado más castigado y apagado.
Por este motivo vamos a ver cual es la forma correcta de usar una esponja desmaquillante, aunque un paso muy importante es la elección de producto que vayamos a usar, puede ser agua micelar o cualquier otro, pero debemos asegurarnos que sea de calidad y adecuado para nuestra piel.
Ahora sí, vamos a ver los pasos que debemos seguir para hacerlo de la manera más satisfactoria posible y exprimir al máximo todas las propiedades de nuestra esponja.
- Lo primero, humedecer la esponja
Como sabréis, cuando la compramos la esponja viene dura y rígida, pero no penséis que vamos a frotarla así por el rostro, ¡ni mucho menos!, lo que debemos hacer antes de nada es humedecerla, es decir, la metemos bajo el grifo y veremos que se ablanda enseguida.
Una vez que la hayamos humedecido, habrá cambiado completamente su estado y ahora estará suave y mucho más blanda.
- Aplica el desmaquillante
Cuando ya tengamos nuestra esponja lista y preparada, es el momento de aplicar nuestro querido desmaquillante, que ya lo habremos adquirido y lo tendremos en nuestro neceser.
Este paso es tan simple, como echar unas gotas del producto encima de la esponja, digo unas gotas porque gracias al formato de la esponja, con una pequeña cantidad bastará, ya que si echamos más de la cuenta lo que estaremos consiguiendo es tirar el producto y no aprovecharlo.
- Empieza la acción
Una vez que tengamos la esponja preparada con el desmaquillante viene el momento crucial de ponerla sobre nuestro rostro y empezar a eliminar todo el maquillaje y la suciedad.
Para hacerlo de forma satisfactoria, lo único que debemos hacer es posar la esponja en nuestro rostro e ir moviéndola de forma ascendente y con movimientos circulares (como si estuviésemos haciendo un masaje facial).
La esponja la vamos a enjuagar tantas veces como sea necesario, es muy importante que no pasemos la suciedad de un lado a otro de la cara, siempre que terminemos con una zona, la enjuagamos y repetimos el proceso.
- Culminar con el proceso
Después de paso anterior nuestra cara ya estará completamente desmaquillada e impoluta, entonces es cuando llega el momento de culminar la limpieza facial, para ello vamos a usar un tónico que penetre en nuestra dermis y la llene de hidaratción y frescor.
- Limpiar la esponja
Cuando terminemos todo esto, es imprescindible dejar nuestra esponja limpia, ya que si no la próxima vez cuando la vayamos a usar estará contaminada de maquillaje y suciedad y será para tirarla.
Es rápido y sencillo, lo único que necesitaremos será un poco de jabón neutro (el que usamos para lavar nuestras manos) y abundante agua.
Vamos a estrujarla y enjuagarla bien hasta que no quede ni un resto de jabón. Cuando hayamos terminado, la guardamos en un lugar seco hasta que la necesitemos de nuevo.
Es muy importante saber que la esponja aunque es cierto que no es de un solo uso, pero tampoco dura años, ya que es un producto que al estar siempre en contacto con la piel y eliminando la suciedad de esta, al final con el tiempo acaba llenándose de bacterias, también a causa de la humedad. Más abajo os hablaré más detenidamente de este proceso.
Por esto mismo, el tiempo recomendable de uso de esta esponja es de unos 4 meses o algo más.
Tipos de esponjas desmaquillantes
Aunque siempre hablamos de esponja desmaquillante sin catalogarla con ningún otro nombre, hay varios tipos de esponjas, cada una con su formato y sus usos, vamos a hablar un poco sobre ellos y vamos a ver las diferencias.
La realidad es que existen más de 20 tipos diferentes de esponjas, pero aquí vamos a hablar de las más habituales y comunes dentro de los gustos de las personas en general.
- Esponja de forma redonda
Se encuentra en el top de ventas con respecto a las demás, es la más habitual de encontrar cuando vamos a comprarlas a cualquier lugar. Al ser redonda es mucho más sencillo su uso, ya que puede llegar a las zonas más escondidas. Dentro de estas podemos clasificarlas en naturales o artificiales.
- Esponjas de origen natural
Estas esponjas son las más recomendada, ya que son mucho más suaves y adecuadas para la salud de nuestra dermis. Están formadas únicamente de ingredientes y sustancias naturales, las más famosas o las que seguro hayáis encontrado con más frecuencia son las marinas, pero no obstante, hay otras que están alcanzando toda la fama, como es el caso de la famosa esponja konjac, que tiene origen en una planta originaria de Asia.
- Esponjas de origen artificial
Estas son las típicas esponjas que encontramos en los diferentes supermercados con forma de disco y de cientos de colores diferentes, como también encontramos otros productos de desmaquillaje como por por ejemplo las toallitas (si queréis más información sobre estas, os dejo mi opinión sobre las de la marca Mercadona: Toallitas desmaquillantes Mercadona, mi opinión). Están formadas principalmente por sustancias como el plástico o el látex, son mucho más rígidas, ásperas y resistentes que las naturales, por lo que generalmente suelen durar más tiempo.
Las dos son buenas opciones a la hora de elegir una esponja, pero sin duda las más recomendadas son las de origen natural, debido a su formato más suave y respetuoso con la dermis.
La famosa esponja Konjac
Os he hablado de los diferentes tipos de esponjas que podemos encontrar y entre ellas os he nombrado de pasada la esponja Konjac, un producto que está teniendo mucha repercusión en la actualidad y que por lo tanto vamos a ver un poco sobre ella. Su nombre se lo debe al vegetal de donde se extrae, originario de Asia.
Es una esponja que no solo se usa para eliminar el maquillaje (aunque también), si no que tiene otros usos debido a sus propiedades, como por ejemplo el de exfoliar y limpiar la piel.
Cuando hablamos de exfoliar nos imaginamos un producto áspero o al menos rígido para que pueda realizar esta función, pero sin embargo, la esponja Konjac es de las más suaves que existen, por lo que facilita una exfoliación más frecuente (algunas personas la realizan diariamente) y no solo esto, si no que además es muy recomendad para las personas con la piel sensible, ya que en ningún caso va a producir irritaciones ni otros problemas, por el contrario destaca por su cuidado y respeto de la piel.
Es por este motivo por el cual está teniendo tanto auge y fama, podréis disfrutar de una piel bonita, brillante y sana exfoliándola diaria y suavemente, sin hacer ningún tipo de daño en ella.
Por otro lado (y lo que más nos interesa en este artículo) si vertemos en ella un desmaquillante y un poco de agua, sirve como un excelente desmaquillante y lo más sorprendente es que se recomienda su uso en la zona del contorno de ojos, a pesar de la delicadeza de la piel en estas partes de la cara. Todo es debido a su tacto suave y a su fórmula tan afín con nuestra dermis.
Por último, hay personas que las usan para hacer una limpieza profunda de la piel, para ello lo único que hay que hacer es dejarla unos 15-20 minutos en agua antes de usarla, de esta manera de ablanda y se expande por lo que acto seguido podemos verter en ella productos de limpieza facial y usarla de manera satisfactoria.
Seguramente que ahora comprenderéis el porque de su actual auge, es la más recomendada sin duda, para mantener en estado óptimo la salud de nuestra piel.
¿Cuál es la única diferencia de esta esponja con respecto al resto?
En cuanto al uso de esta esponja, es exactamente igual al de todas las demás, el proceso es el mismo de principio a fin, la única gran diferencia y que debemos tenerlo en cuanta para no llevarnos la sorpresa y pensar que se ha estropeado, es que una vez que la esponja de Konjac se seca, se queda rígida y dura.
Pero esto no es ningún problema, ya que lo único que debemos hacer es remojarla con agua y esperar unos segundos a que se vuelva a ablandar, y entonces estará lista de nuevo para volverla a usar.
El problema está en que muchas personas confunden esto, ya que cuando van a usarla por segunda vez, notan que están duras como una piedra y sin darles otra oportunidad acaban tirándolas, pero es algo totalmente normal y que se arregla con solo dejarlas en remojo unos segundos.
Correcta limpieza de la esponja
Como ya hemos hablado mantener nuestra esponja limpia es de lo más importante para seguir disfrutando de ella durante al menos los 4 meses que hemos nombrado antes.
Habéis visto que os he dado antes unos sencillos pasos para realizar la limpieza, pero como es algo que realmente es importante a la hora de la salud de nuestra piel, he decidido aportar un solo apartado dedicado exclusivamente a este paso.
Lo primero que os voy a volver a decir es que la esponja desmaquillante (siempre que sea de buena calidad) suele durar unos cuatro meses o incluso algo más, es decir, que no es un producto que usemos y lo tengamos que tirar, pero para que esto ocurra debemos mantener siempre en buen estado, ya que si no la limpiamos bien estaríamos esparciendo el maquillaje que retiramos el día anterior o incluso la suciedad (que aunque a simple vista a veces no la veamos, en la esponja se queda atrapada la grasa y la basurilla que hay en nuestra piel)
Ahora tenéis que estar atentos que vamos a dar detalladamente los pasos que debemos seguir, si lo hacemos nos aseguraremos siempre de usar cada día una esponja como nueva.
- El primer paso es coger la esponja sucia y remojarla con agua, una vez que esté completamente húmeda vertemos sobre ellas un poco de jabón (el que usamos normalmente para lavar nuestras manos), no es necesario adquirir ninguno en especial. Una vez que lo hemos vertidos, vamos a hacer movimientos de dedos en la esponja, como si la estuviésemos masajeando, de esta manera el jabón y el agua penetrarán en todas las zonas de esta y arrastrará toda la suciedad.
- Pasamos unos segundos, vamos a enjuagar la esponja para que suelte toda la suciedad y si todavía observamos suciedad en esta, lo que debemos hacer es repetir el proceso tantas veces como sea necesario, hasta que finalmente la esponja esté impoluta y el agua que salga de ella al exprimirla salga completamente limpia.
- Cuando ya hemos realizado todo este proceso, es momento de dejar la esponja secar, para ello vamos a buscar un lugar, como por ejemplo encima de una toalla o un trapo seco y limpio, ahí se secará y volverá a estar preparada la próxima vez que la queramos usar.
Estos son los tres pasos para conseguir que nuestra esponja nos dure el mayor tiempo posible en buen estado, si lo hacemos así nos seguirá desmaquillando como el primer día durante varios meses más y por lo tanto nos damos cuenta de que se trata de un producto bastante económico.
¿Qué debemos saber sobre las esponjas desmaquillantes?
Siempre que adquirimos un nuestro producto queremos sacarles el máximo partido posible, eso es normal, o incluso nos pasa que a veces llevamos años usando un producto y luego nos enteramos que estamos desaprovechando cientos de propiedades de esta. Para que no nos pase esto nunca más con nuestras esponjas vamos a ver todo aquello que debemos tener en cuenta cuando las añadimos a nuestra vida.
- No tiene un uso diario limitado
Esto quiere decir, que no es como otros productos que solo podemos hacer uso de él una sola vez al día como se dice a veces de las toallitas desmaquillantes (os dejo por aquí un enlace donde encontraréis información sobre ellas: Toallitas desmaquillantes, ¿son buena opción?), si no que nuestra esponja podemos usarla tantas veces como queramos. Esto es gracias a su extrema suavidad pero a la misma vez a su efectividad a la hora de la limpieza facial, por lo tanto nos va a dejar la piel reluciente sin llegar a irritarla en ningún caso. Los expertos recomiendan usarla al menos dos veces al día, una en la mañana para retirar todas las células muertas que han quedado en nuestra piel después de que esta se regenerase y por la noche, antes de irnos ala cama para retirar el posible maquillaje e irnos a la cama con la piel impoluta.
- Agua o limpiador
Muchas personas deciden usar solo agua en vez de un limpiador, y por supuesto que es buena idea, podemos elegir entre estas dos técnicas o incluso hay muchas otras personas que decides realizar la doble limpieza, lo que supone usarla primero con un limpiador para retirar el maquillaje y la suciedad y luego antes de acabar, fulminando la limpieza enjuagando la esponja con agua y pasándola por la cara únicamente con esta.
- Movimientos de masajes en círculos
Seguramente ya lo hagáis, por el simple hecho de que se aconseja con todos los productos que se ponen en la piel del rostro, y por lo tanto nuestra esponja no se queda atrás, se recomienda usarla siempre con movimientos circulares suaves, ya que de esta forma nos estamos asegurando la correcta eliminación del maquillaje pero además también de la suciedad que hay atrapada en los poros de nuestra piel y por lo tanto la limpieza es más profunda y eficaz. Y no solo esto, si no que además debemos tomárnoslo como un masaje a nosotros mismos, también estaremos activando la circulación sanguínea de esta parte de nuestro cuerpo.
- La esponja no solo se limita a su uso en nuestro rostro
No debemos pensar que la esponja sea de uso exclusivo para la piel de nuestro rostro, ya que así estaremos desaprovechando sus funciones. Es tan maravillosa que no solo es buena para nuestro rostro, si no que también hace maravillas en las demás zonas de nuestra cuerpo, gracias a su poder de exfoliación suave, es genial para pasarla por todo nuestro cuerpo, por lo que se recomienda llevarla a menudo a la ducha con nosotros y simplemente con un poco de agua la pasamos por aquellas zonas que nos apetezca. Es verdad, que se aconseja disponer de dos esponjas para esto, una para su uso en nuestro rostro y la otra, aquella que nos llevamos a la ducha.
Como sabéis hemos dicho que las esponjas duran unos cuatro meses, pero si hablamos de la esponja Konjac o cualquier otra de origen natural, su periodo de vida es algo inferior, ya que al estar formada por sustancias naturales, estás se van degradando más rápidamente con el paso del tiempo, por lo que estás nos suelen durar un máximo de ocho semanas (unos dos meses), si excedemos su uso no nos estaremos asegurando de una óptima limpieza de la piel.
Esto ha sido todo lo que debíamos saber sobre las maravillosas esponjas desmaquillantes, espero que os haya servido de gran ayuda y ¡que podáis disfrutar de ellas plenamente a partir de ahora!