Nunca existe un buen momento para tener un herpes labial, pero -además- estresarte al respecto lo único que puede conseguir es empeorarlo aún más. De hecho, ¿sabías que el estrés puede hacer que el herpes pueda brotar de nuevo? Se conoce que el estrés puede hacer que nuestras defensas disminuyan, de la misma manera que lo hace un resfriado o una gripe. Como consecuencia de ello, el herpes labial vuelve a aparecer de nuevo. Cuando esto ocurre, ¿qué podemos hacer para disimularlo?.
El herpes simple labial, también conocido popularmente como herpes labial, es una infección del área de la boca causada por el virus del herpes simple. Se trata, como probablemente sepas, de una infección tremendamente común, además de muy contagiosa, la cual destaca fundamentalmente por propagarse fácilmente.
La infección causa ampollas y llagas en la zona de los labios, la boca, la lengua e incluso en las encías. Además, después de una infección inicial, el virus tiende a permanecer latente en el interior de las células nerviosas de la cara, de manera que, a lo largo de la vida, el virus puede reactivarse y volver a ocasionar más llagas. Es lo que ocurre, por ejemplo, ante el herpes simple labial recurrente.
Se trata de un tipo de infección que aunque por lo general no es grave, sí ocasiona recaídas comunes. Los síntomas suelen desaparecer sin prácticamente tratamiento en unas pocas semanas, aunque cuando las recaídas ocurren con frecuencia, un médico puede recetar algún medicamento para evitar que vuelva a producirse. Por ejemplo, cuando comienzan a surgir algunos de los síntomas tempranos (como ardor o quemazón), tomar algún medicamento antiviral puede impedir que aparezca la llaga o ampolla, acortando por tanto la duración de la nueva infección.
Consejos útiles para disimular tu herpes labial
Antes de descubrir algunos consejos útiles quizá debamos hacernos algunas preguntas. Por ejemplo, ¿deberíamos ocultar o no nuestro herpes labial? La respuesta rápida es ‘sí, y no’. Si bien es posible utilizar un lápiz labial o un corrector para cubrir el herpes labial, depende del momento en el que lo hagamos, dependiendo directamente del momento o etapa en el que se encuentre el herpes.
Probablemente debes evitar hacerlo cuando el herpes labial se encuentra abierto, y la llaga o la ampolla es bien visible, ya que podrías conseguir que se infecte con facilidad, e impedir además que se cure.
Por tanto, es mucho mejor esperar a que el herpes labial se haya cubierto y se haya cubierto parcialmente, antes de tratar de cubrirlo con la ayuda de maquillaje.
Por ejemplo, una de las mejores maneras de deshacerte de un herpes labial rápidamente es utilizar una crema de acción invisible, y aplicarla tan pronto como sientas el hormigueo propio del herpes labial (antes de que éste aparezca).
Después de haberlo hecho existen algunos pasos útiles que te ayudarán a ocultar el incómodo y molesto herpes labial. Toma nota:
- Utiliza un corrector altamente concentrado. Este tipo de correctores suelen tener una consistencia mucho más espesa y cremosa, lo que ayuda de manera muy positiva a la hora de proporcionar un mejor cubrimiento. Eso sí, no abuses de él, solo utilizando una pequeñísima cantidad será suficiente.
- Escoge un color para neutralizar el enrojecimiento. El enrojecimiento es muy común cuando existe un herpes labial, y para cubrirlo no basta únicamente con utilizar un corrector. Para conseguirlo debes utilizar en realidad dos correctores: un corrector de color amarillo o verde (ideal para camuflar el enrojecimiento), y luego aplicar un toque de corrector que coincida con el tono de tu piel.
- Termina con una capa de maquillaje en polvo. Esto te ayudará a que todo vuelva a su normalidad, y a que al final nadie sepa que puedes estar teniendo un herpes labial.
No obstante, debes tener en cuenta algo fundamental: el herpes labial es tremendamente contagioso, por lo que siempre debes utilizar un aplicador de maquillaje desechable, como una esponja o un bastoncillo de algodón que después de haberlo usado lo puedas tirar. Luego lávate bien las manos y nunca vuelvas a utilizar aquellos utensilios que hayas usado cuando el herpes haya brotado. Tampoco es adecuado guardarlos para volverlos a utilizar en un futuro, cuando por ejemplo el herpes haya vuelto a salir.